domingo, 18 de diciembre de 2011

Para Tito


Mientras me acuesto en mi cama y voy sintiendo los efectos mágicos de las circunstancias, pienso en ti y cada vez que me encuentro en un momento difícil me doy cuenta de que no te necesito. En algún momento llegué a pensar que podía acudir a ti. Recuerdo cuando me confesabas tus secretos a media noche, cuando después de un par de meses intercambiábamos palabras con significados ocultos. Yo siempre fui sincera contigo y cada vez que te veía aparecer quería gritar lo que sentía, pero para que pasara eso esperé mucho tiempo. Tanto que ya habíamos cambiado mucho, éramos dos personas distintas, no extrañas, pero más maduras y con diferentes ideales. Hasta hoy me pregunto qué hubiera pasado si lo hubiéramos intentado con un poco más de fuerzas. Pero me es imposible concretar esa idea. Es algo que posiblemente haya ocurrido en un universo paralelo. Nos imagino viviendo nuestras vidas, las vidas que soñábamos echados en el gras mirando las estrellas. Tengo que confesar que hubo una época en la que no pasaba ni un día sin acordarme de ti. Pero eso se fue desvaneciendo, poco a poco dejé de pensar en esos momentos en los que cruzábamos las miradas sin decir ni una palabra. Me costaba decirte lo que sentía, habían tantas cosas que te quise decir pero fui muy cobarde. Ahora, que han pasado muchos años y he crecido, me voy a dormir tranquila, sin angustias que me atormentan con tus recuerdos, tus palabras y lo que me solías escribir en secreto. Esas pequeñas obsesiones fueron perdiendo sentido. Ahora vivo tranquila en ese aspecto. Espero no hablarte nunca más, se que tu no quieres hablar conmigo y la verdad es que me sorprendió, pero al mismo tiempo me tranquilizó. Hacía mucho tiempo que quise decir esto, pero nunca lo había llegado a superar hasta hace algunos años que me di cuenta que valgo más de lo que tu me trataste la mayoría de las veces que me abrí hacia ti. Mi vida no es perfecta, tengo mis subidas y bajadas, pero así debe ser, soy sincera y algunas veces estoy tan bien y otras estoy tan mal, como calambres en el alma. Pero puedo decir hoy que estoy tranquila y contenta.

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